Por: Ana Adames, médico con especialización en nutrición clínica
Voy directo: la unión de tres ácidos grasos a una molécula de glicerol forman lo que denominamos un triglicérido: una forma de almacenamiento de energía que se deposita en el músculo y en el tejido adiposo. Este, gradualmente es liberado y metabolizado entre comidas, de acuerdo con las necesidades calóricas del organismo.
Los triglicéridos forman la mayor parte del peso seco del tejido adiposo (aquella grasa que se acumula en el abdomen, región glúteo-femoral), constituyendo, por lo tanto, una potente forma de almacenamiento de energía.
ORIGEN Y VALORES RECOMENDADOS
Adicionalmente, los triglicéridos vienen directamente de los alimentos que comemos y también son producidos por el cuerpo cuando se consumen más calorías de las que necesitamos a diario.
Los valores recomendados para los adultos son diferentes dependiendo si existen otros factores de riesgo asociados como: la hipertensión arterial (HTA) o diabetes, pero, en general los niveles actualmente establecidos como normales para los triglicéridos es por debajo de 150 mg/dL.
Los niveles altos de triglicéridos pueden estar asociados con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular, lo cual resulta especialmente válido si se tiene en cuenta que las personas con niveles altos de triglicéridos a menudo presentan otras condiciones, como: diabetes, síndrome metabólico y obesidad, que incrementan la probabilidad de desarrollo de enfermedad cardiovascular.
RECOMENDACIONES NUTRICIONALES SI TIENE LOS TRIGLICÉRIDOS ALTOS
Si tiene sobrepeso acuda a su nutrólogo para que le indique una dieta estructurada hipocalórica con menor cantidad de grasas saturadas y azúcares refinados.
– Consuma menos alimentos altos en grasa.
– Limite la ingesta de colesterol a 200 miligramos (mg) o menos al día, (para cumplir esto, acuda a un nutrólogo para que le diseñe una dieta INDIVIDUALIZADA de acuerdo a sus necesidades nutricionales)
– Disminuya lo mayormente posible el consumo de ácidos grasos trans (frituras, grasas de origen animal, tocineta, embutidos de alto contenido graso, quesos amarillos, cochino, costillas, margarina)
– Substituya las grasas saturadas por las grasas no saturadas. Las grasas no saturadas provienen de las plantas y es líquida (aceite de olivo, aceite de canola, aceite de maíz).La grasa saturada es sólida a temperatura ambiente y sus fuentes incluyen grasa animales y aceites tropicales incluyendo aceite de palmera y coco.
– Reduzca las grasas saturadas comiendo productos lácteos libres en grasa.
– Consuma quesos con la menor cantidad de grasa posible: ricotta, queso de cabra, paisa, requesón.
– Seleccione la carne delgada magra y carne de ave sin piel.
– Incremente comidas con ácidos grasos omega-3: linaza molida, pescado de agua fría: trucha de lago, arenques, sardinas, atún, salmón; frutos secos: nueces, almendras.
– Disminuya el consumo de azúcares de la dieta: snacks salados, galletas (de cualquier tipo, integrales, saladas, dulces), chocolates, helados, pastelitos, palmeritas, productos de pastelería, platanitos, entre otros.
ELIMINE DE SU DIETA: CALORÍAS, AZÚCAR Y ALCOHOL
Algunas sugerencias son:
– Realice ejercicios para quemar el exceso de calorías y mantener o alcanzar un peso saludable
– Consuma menos azúcar y menos comidas que contengan azúcares tales como: postres, caramelos, bebidas carbonadas, endulzadas y de frutas pasteurizadas.
– Sustituya las bebidas artificialmente endulzadas que son etiquetadas como libre de azúcar.
– El alcohol incrementa los niveles de los triglicéridos en algunos individuos, por lo que, generalmente, recomendamos disminuir su consumo.